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9 mar 2011

La esclava

La esclava


La esclava
Carla no sabia muy bien lo que quería, estaba echa un lío, la única cosa que tenia clara era que quería salir de la monotonía de su matrimonio y probar cosas nueva. Cuando se conectaba a internet veía muchas cosas excitantes, pero no se atrevía a definirse por ninguna por miedo a que una vez empezado el juego no lo pudiera soportar. Una tarde de iniciación gloriosaA través de un contacto nos conocimos en el Messenger. Carla no sabia muy bien lo que quería, estaba echa un lío, la única cosa que tenia clara era que quería salir de la monotonía de su matrimonio y probar cosas nueva. Cuando se conectaba a internet veía muchas cosas excitantes, pero no se atrevía a definirse por ninguna por miedo a que una vez empezado el juego no lo pudiera soportar. Por fin una tarde se decidió, era una tarde de primavera que ya empezaba a hacer calorcito, quedamos en una área de servicio, yo estaba muy nervioso, pues habíamos acordado que empezábamos con un poco de exhibicionismo y que conforme lo viera ella seguiríamos o pararía y se marcharía, sin que yo le pudiera decir absolutamente nada. Yo estaba sentado en la terraza del bar esperando, ya empezaba a impacientarme pues Carla no llegaba, solo autobuses de crios que hacían la excursión de final de curso y camioneros. Cuando ya creía que no vendría, veo que se acerca, impresionante era mucho mejor que las fotos que yo tenia. Llevaba unos zapatos de tacón alto negros brillantes, medias negras y una falda por encima de la rodilla de color negro, una camisa blanca que transparentaba un sujetador también blanco. Entro al bar y salio con una cerveza, se sentó en la mesa justo delante de mi. Desde mi posición podía ver perfectamente sus pies enfundados con los zapatos negros, sus piernas cubiertas por las medias negras, su falda dejaba entrever un poco de muslo yo ya estaba muy excitado, pero con ganas de mas. Me acerque y le pedí fuego, me dijo que si que tenia, se agacho para buscarlo en el bolso, en ese momento puede ver mejor su escote y el inicio de sus pechos. Sin mediar ninguna palabra mas regrese a mi asiento y la seguí contemplando, ella en ningún momento se quito las gafas de sol por lo que yo no podía apreciar si me miraba. Cuando yo creía que la cosa había terminado, pues ya hacia como media hora que había llegado, empezó a separar las piernas y a enseñarme un trozo mas de sus muslos, yo ya estaba excitadísimo y se me notaba el bulto en mis pantalones del traje y de pronto pude ver el final de las medias con su liguero y el contraste de cambio de color de sus piernas con las medias, impresionante era mas de lo que yo esperaba, hice ver que me caía el paquete de tabaco al suelo y pude contemplar todo su tanga de color blanco. En ese momento decidí acercarme con miedo a romperlo todo, pero quería seguir el juego. Le ordene que fuera al servicio y se sacara el tanga y en su lugar se colocara una mariposa con vibrador a distancia, ella sin decir palabra lo hizo y de regreso me entrego el tanga y se sentó a mi lado, hasta este momento las únicas palabras que habíamos cruzado fueron estas y mi petición de fuego. Yo empecé a jugar con mi mando a distancia, ella seguía sin decir palabra pero cada vez estaba mas roja y aprovechaba cada movimiento de sus brazos para refregar sus pechos, por momentos estos se mostraban mas duros, le pase la mano por la espalda y le desabroche el sujetador desde encima de la camisa, quedando sus pechos sueltos dentro de la camisa. La imagen de ese momento era espectacular, pues tenia unos pechos relativamente grandes. Le ordene que se pusiera su mano en su sexo y que me la diera para poder ver si estaba muy mojada, ella hizo un movimiento rápido, pues teníamos mucha gente alrededor nuestro y me la enseño, ese fue nuestro primer contacto físico, pues yo la sujete mientras accionaba mas rápido el vibrador y me puse su mano en la boca, en ese momento, Carla, por la rapidez del vibrador, por el contacto físico y por la presencia de otra gente lanzo un pequeño suspiro de placer, había alcanzado su primer orgasmo. Después de unos segundos me levante y le ordene que me siguiera, la gente se la quedaba mirando, no se si por que habían notado algo o por la imagen de ver su sujetador suelto dentro de la camisa. Nos dirigimos a mi coche y una vez dentro, le ordene que se quitase el sujetador, para ello se empezó a desabotonar la camisa muy despacio, momento que aproveche para poner contemplar mejor esos fabulosos pechos. Quedo dentro del coche sin nada de ropa en la parte superior, en ese instante aparco un coche con una pareja al lado del mió, que sorprendida se quedo a mirar el espectáculo. Carla se puso de nuevo la camisa y le ordene que se sacara el consolador de mariposa y me lo entregara, estaba completamente empapado, eso me excito y le ordene que se pusiera de rodilla en el asiento, de espaldas al cristal delantero y se empezara a masturbar. Los del otro coche cuando vieron la imagen de Carla masturbándose, no aguantaron mas y ella le saco la polla y se la empezó a mamar. Al igual que a mi a Carla le puso mas caliente lo que vio y no tardo en tener un orgasmo. Nuestros vecinos seguían con su trabajo y Carla y yo sin decir nada nos quedamos mirando hasta que el se corrió en la boca de la mujer. Seguidamente, ellos arrancaron el coche y se marcharon. Yo estaba muy caliente pues aun no había tenido ningún contacto con ella, tal como habíamos acordado previamente. A mi siguiente orden ella podía negarse, pero no lo hizo, le ordene que me siguiera con su coche. Nos dirigimos a un Hotel donde yo había reservado una habitación, cuando nos subiamos a la habitación se me atrevió a preguntarme que llevaba en la bolsa, con lo que le conteste que se callara que a partir del momento, que cruzáramos la puerta de la habitación, solo hablaría si yo le daba permiso. Ella bajo la cabeza y asintió. En ese momento podía marchar, pero no lo hizo. Deje la bolsa al lado de la cama y me senté en ella, Carla se queria sentar a mi lado. -Tu, puta, de pie delante mío y sácate de una vez esas gafas. -Como digas-Como que???-Como digas amo-Ahora cerda, te has ganado un castigo por puta, túmbate encima de mis rodillas. Le levante la falda y le propine unos cachetes en el culo y le toque el coño, este estaba de nuevo mojado, pero yo no podía mas entre el juego de toda la tarde, el tenerla apoyara encima de mi polla y la visión de ese magnifico culo necesitaba algo mas -Ahora puta me vas a desnudar-Siii mi amo -Quiero que me chupes todos los de dos de los pies -Siii mi amoMientras estaba agachada chupándome los dedos de los pies, yo abrí la maleta y de ella saque una fusta pequeña-Ahora te voy a azotar este asqueroso culo que tienes -Siiiiii mi amoCon los primeros golpes hizo intención de apartarlo, pero conforme le daba golpes lo acercaba mas. -De pie cerda y sácate la ropa que llevas puesta -¿Te gustaría comerme la polla? -Siiiiiii mi amo -Pues te vas a aguantar cerda, túmbate en la cama y ábrete de brazos y piernas En ese momento, saque de la bolsa unas cuerdas y la ate a la cama, le puse un tapabocas y le tape los ojos con un antifaz. Con la fusta le recorrí todo su cuerpo, haciendo que se le pusiera la piel de gallina del placer que experimentaba. Saque un consolador que tenia pequeñito y lo unte de crema y se lo metí por el culo cosa que hizo que se corriera. La visión era espectacular estaba tendida en la cama sin saber que le haría, le sujete los pechos con fuerza y le meti un dedo en el coño, estaba muy húmedo y le empecé a lamérselo, hasta que exploto de nuevo. Ahora puta te voy a soltar y me la vas a chupar, metiéndotela toda dentro de la boca, no quiero que quede nada de mi polla fuera. La solté, pero le puse unas esposas, con las manos atadas a la espalda. Me la empezó a chupar. -Cerda que bien la chupas, sigue puta. Cuando ya no podía mas la hice apartar -Ahora puta te voy a follar -Si mi amo por favor-Calla puta quien te ha dado permiso para hablar -Te voy a Meter el consolador en el culo y quiero, que con tus manos atadas lo aguantes ¿lo has entendido? -Si mi amo -Agáchate como una perra que eres ía cuatro patas! La visión era espectacular, su posición era muy incomoda. Le metí mi polla en su coño y empecé a follármela diciéndole lo perra que era. Ella tuvo dos orgasmos mas. Justo antes de correrme se la saque Ahora puta, quiero que me la chupes y cuando me corra no quiero que dejes caer ni una sola gota del semen de tu amo ¿lo entiendes puta? -Si mi amo, no dejare caer absolutamente nadaMientras me la chupaba le solté las manos. -Si quieres, cerda mientras me la chupas te puedes masturbar -Gracias mi amo Chupaba de maravilla nos corrimos los dos al mismo tiempo y ella no dejo escapar ni una gota de mi semen. Cuando termino, se tumbo a mis pies a descansar diciéndome-Gracias mi amo. Al cabo de un rato me pidió permiso para marcharse, pues su marido la esperaba desde hacia una hora. -Vete, pero cuando llegues a casa quiero que conectes la cam en tu habitación y te folles a tu marido para que yo pueda verlo. -Si mi amo. Esto ya es otra historia. Se me ha alargado demasiado, pero creo que era importante contar todos los detalles, pues pasamos de una mujer que dudaba que es lo que le gustaba, a una mujer que empezaba a aceptarlo todo. Un finde en el campoAunque era una incipiente amistad, ambos tenían la extraña sensación de haberse conocido desde siempre. Tenían la edad suficiente para mezclar amistar y sexo sin complicaciones. Mery, teniente de marines, regentaba hace años el centro de adiestramiento canino de la base de Lackland (Texas). Todavía se estremece cuando recuerda cómo se postraron sus dogos ante el paso firme y decidido de aquel hombre al cruzarse en el pasillo de acceso a boxes del circuito de Dover, en la última carrera de la NASCAR. Se dijo que tenía que conocer a ese hombre capaz de doblegar con una simple mirada a sus fieros dogos que nunca se habían achantado ante nada que no fuera su ama. Jhon disfrutaba de un año sabático tras retirarse de su vertiginosa pero extenuante trayectoria como piloto de carreras. Había decidido, ahora que por fin disponía de tiempo libre, dedicarse a su gran pasión: los caballos. Estaba Mery preparando una cena especial para sus invitados en su casa del campo, en el interior pero próxima a Miami, mientras recordaba con la misma rabia con la que Jhon le había contado, un día gris de otoño, la noticia de la anulación de la feria anual del caballo de Polonia. Llevaban todo el año esperando el acontecimiento. Fue en ese momento cuando le sugirió a Jhon que vinieran a pasar con ellos un fin de semana en el campo. En la sobremesa, Mery sirvió a Jhon una copa de pacharán ("jodía Mery", pensó Jhon, "no podía haber elegido otra, sabiendo que detesto el pacharán. . . "). Era la señal que solía usar para decirle "con público" que no debía acostarse, que el día no había terminado para ellos. . . Tras una larga velada, llegó la hora de retirarse a descansar (para algunos. . . ). - Jhon, voy a darles el último paseo a los perros. ¿Me acompañas?Dieron un largo paseo por el campo, mientras se entretenían intentando ver una sola estrella lo que resultó tarea imposible ya que, a pesar de haber luna llena, el cielo estaba totalmente encapotado. De vuelta a la casa, Mery entró a los dogos en casa, y sin mediar palabra cogió a Jhon de la mano y, bajando las escaleras de 2 en 2, lo arrastró hacia el garaje segura de que aceptaría el reto. - ¿Has visto a Zacarías con el café?, le dijo Mery (Zacarías era su esposo). - Si, pobre hombre, vaya forma de atragantarse; parecía una fuente, cómo ha puesto el mantel. - No se ha atragantado, no. He sido yo. . . que le he cambiado el azúcar por sal. . . jijiji. . . mira que soy mala eh. . . - Nena mala y rebelde. . . mujer salvaje, voy a domarte, voy a castigarte, voy a poseerte y a hacerte mi esclava, mi dócil sumisa que me ofrecerá su cuerpo de hembra caliente para ser gozado y usado a mi antojo. Jhon le arrancó el vestido, dejando a la intemperie sus hombros seductores, sus pechos armoniosos, la hermosa orografía de su espalda, el oasis de su vientre y de su ombligo, la vertiginosa curvatura de su cintura y de sus caderas, la prominencia lujuriosa de sus nalgas, la infinita belleza de sus muslos apretados. . . Iba dibujando sus contornos con profundas caricias, centímetro a centímetro de su suave y ardiente piel. Le rodeó el cuello con el collar de uno de sus dogos, apretándolo lo justo -y necesario- para que ella no olvidara su presencia. A continuación la sentó en una silla y con una traílla ató sus pies y manos a la misma. Mery, en un principio, no opuso resistencia alguna. La dura instrucción de los marines incluía el entrenamiento, tanto físico como psicológio, para enfrentarse a situaciones de este tipo. Hasta que ísorpresa! Jhon agarró un pañuelo. . . y cubrió sus ojos con él. . . un escalofrío recorrió todo su cuerpo: para esto no estaba preparada. Mery se rebelaba, se agitaba, indefensa e indócil, pretendiendo inútilmente escapar de los dedos de Jhon que conquistaban su carne de fuego, que apretaban sus pechos y pellizcaban sus pezones, y que separaban sus piernas para hurgar y penetrar la húmeda caverna de su coño, haciéndole gemir por vez primera, el primer arrebato de un placer al que acabaría sucumbiendo inevitablemente. Se agitaba, jadeando suavemente, se le entrecortaba el aire entre los labios suspirantes. Los de Jhon le lamían y acariciaban, la llenan de saliva y de lujuria, mordiéndole con dulzura, devorándole la piel, anunciándole el castigo venidero que haría suplicar entre gemidos a esta niña indomable. . . Sudorosa y jadeante, cumplió dócilmente su orden de arrodillarse cuando la desató. Se arrodilló ante él, desnuda y hermosa, su piel enrojecida por los azotes, sus ojos brillantes y profundos, sus labios lascivos, entreabiertos y excitantes, su rostro de hembra sometida, de sierva domada, dispuesta y ofrecida para el placer de su amo. Él se desnudó y le entregó la completa erección de su polla henchida de deseo para que sellara con su boca su absoluta sumisión. Prisionera y de rodillas, salvajemente lamía su dura polla, tragaba y destragaba violentamente toda la carne palpitante y mojada por su ávida lengua (soportando con decisión las arcadas que le provocaba el roce de su polla a su paso por la campanilla), hasta hacerle gritar por el placer que recorría su cuerpo, cuando su polla escupió a borbotones su esperma caliente sobre su boca indomable de mujer salvaje. A continuación la levantó de los hombros y la volteó salvajemente, poniéndola a 4 patas apoyada en la furgoneta, metiéndole acto seguido las bragas en la boca. - Mierda, la fusta! (Jhon siempre llevaba encima su equipo de equitación, pero ese viaje y debido al disgusto de Polonia, había olvidado echarlo al coche). Por primera vez se alegró de la existencia de los dogos de Mery: ahí enfrente encima de la silla estaba la manida traílla, brillante por el sudor desprendido por ella en su ardiente cautiverio. Rodeó su mano con ella y comenzó a azotar las nalgas de Mery, sin violencia pero lo suficiente para que adquirieran un apetecible tono sonrosado. Seguidamente y tarareando "hoy te la meto hasta las orejas" (una conocida canción de un grupo de rock español) agarró su dura polla y se la clavó sin aviso, de un golpe seco y rápido, arremetiendo en unos salvajes envites que hacían honor a la canción. Tras una eternidad, en la que Mery perdió la cuenta de los orgasmos que fueron sucediéndose unos a otros, la dura polla de Jhon estalló salvajemente, regando por completo el interior de aquella indomable hembra. Una inmensa paz inundó a Mery que por primera vez en su vida cayó extenuada, prometiendo portarse bien de ahora en adelante. Se quitó el pañuelo de los ojos. Al recobrar la visión cayó en la cuenta de que en su estado de invidente temporal no había podido fijarse si Jhon se había enfundado el condón. Aunque no se atrevió a preguntar: temía la respuesta. Pese a lo reciente de su promesa, bastaron escasos minutos para que Mery cambiara de opinión, diciéndose a sí misma: "- Voy a ser mala, muy mala. . . " Los padres de la joven actiz Emma Watson deciden contratar a un gaurdaespaldas ante una serie de cartas amenazantes. El elegido, sin embargo, no está interesado en protegerla sino en follársela. El guardaespaldas de EmmaHace 3 años que trabajo en el terreno de la seguridad privada. A penas concluí la secundaria me enrolé en la Marina Real, pero me dieron de baja (por motivos que no viene al caso detallar). Después ingresé en una empresa de seguridad, y terminé por mi cuenta como guardaespaldas. Nunca me faltó trabajo. Un buen porte (mido casi 7 pies), antecedentes militares y un aspecto temible son cartas seguras a la hora de las contrataciones. Sin embargo durante los 2 primeros años no me sentí a gusto. Siempre debía andar cuidándoles el culo a millonarios paranoicos, políticos corruptos o mafiosos. Todo cambió cuando ingresé al mundo del espectáculo, es decir, cuando fui contratado por los Estudios Warner (en su sede londinense). Allí le tomé gusto a mi profesión. Lujo, alfombras rojas, celebridades, mujeres hermosas, fiestas, todo eso me encanta; tanto como darle una buena patada en los huevos a un fan que se acerca demasiado o romperle la cámara en la cabeza a un paparazzi. Nunca pensé, sin embargo, que mi trabajo me iba a dar otro tipo de satisfacciones mucho más envidiables. Estoy hablando de sexo. Entendí rápidamente que podía aprovecharme fácilmente de mi cercanía con las estrellas, más aún al comprobar que muchas están realmente trastornadas y son extremadamente vulnerables. Este relato es sobre mi “aventura” con una chica famosa, más precisamente con Emma Watson, la Hermione de las películas de Harry PotterDespués de trabajar por unos meses en los estudios se corrió la voz de que Emma estaba siendo acosada por un fan, mejor dicho, por una “anti-fan”. Hacía más de un año había pasado algo parecido, y los tabloides se habían encargado de ventilar la cuestión, pero era una tontera. El tipo era completamente inofensivo. Esta vez era diferente, había amenazas de muerte de por medio, y no querían que el asunto trascendiera. Fue el padre de Emma, un viejo pelado, el que me llamó para que protegiera a su hija. Yo acepté inmediatamente. Una vez que estuve a cargo de la seguridad pude corroborar que la amenaza parecía ser seria. La supuesta “anti-fan” había enviado un par de videos inquietantes que demostraban un amplio conocimiento sobre la vida de Emma: su domicilio, sus movimientos, sus amistades. Las amenazas estaban cargadas de un odio irracional contra la actriz, y parecían estar hechas por una persona muy determinada a hacerle daño. Mi trabajo iba a ser full time: acompañar a Emma en todas sus salidas, y además debía mudarme a su departamento de Oxfordshire (donde vive con su madre y su hermano), para brindarle protección en todo momento. Nunca olvidaré el momento en que me la presentaron. Yo ya la había visto en algunas premieres, pero al contemplarla de cerca quedé impactado por su fresca belleza adolescente, y sentí unas ganas terribles de besarle los labios, de acariciarle las nalgas, en fin…Ella, sin embargo, me trataba con una frialdad exasperante. Parecía temerme más que a su acosadora, y sólo me dirigía la palabra cuando era necesario. En sus apariciones públicas Emma tiene una eterna sonrisa dibujada en el rostro y es muy extrovertida, pero en su vida diaria digamos que no derrocha simpatía, y riñe constantemente. Por eso mismo la deseaba cada vez más, me gusta ese tipo de chicas. La acompañé a un sinnúmero de lugares. Yo conducía el auto y ella se sentaba mi lado sin dirigirme la mirada, muda. Al principio quería sentarse atrás, pero le dije que no era conveniente por motivos de seguridad, ya que en caso de que fuera atacada me iba a costar mucho más protegerla. Aceptó a regañadientes. Las cartas y videos seguían llegando. No había forma de saber quién las enviaba. Me puse a estudiar los clips, y me di cuenta de que las tomas eran realizadas con teleobjetivo óptico siempre desde aproximadamente los mismos sitios. Decidí empezar a registrar los alrededores de los lugares donde Emma había sido filmada. Uno de ellos era la entrada del colegio. Los hechos se sucedieron rápidamente. Al día siguiente la acompañé justamente al colegio, el Headington School (una escuela cara, sólo de chicas), e increíblemente, descubrí a la acosadora. Mientras Emma descendía del auto alcancé a ver algo brillante entre unos arbustos. La joven actriz emprendió camino hacia el antiguo edificio central y yo me quedé esperando dentro del coche, con la vista enfocada en el lugar de donde provino el brillo. Después de unos minutos algo se movió y me acerqué sigilosamente. Efectivamente, detrás de la vegetación había una chica, una morocha de pelo corto bastante apetecible, que portaba una cámara digital con teleobjetivo. Se la arranqué de las manos y la sujeté de los cabellos a la altura de la nuca. La chica, de unos 17-18 años estaba muy asustada. Le di un par de bofetadas y retrocedí la cinta. Me di cuenta al instante de que era la acosadora, ya que las imágenes previas tenían el mismo estilo de enfoque que las que había recibido Emma por correo. No era prueba suficiente, pero a mí me alcanzaba. La obligué a confesar apuntándole a la sien con mi pistola y lo hizo sin titubear. Dijo que en verdad ella no era una anti-fan ni nada parecido, sino que había conocido a Emma en una fiesta de Chanel hacía dos meses, y habían mantenido una relación lésbica. Me aclaró que Emma es bisexual. Después tuvieron otro encuentro amoroso en el propio departamento de la actriz. Laura (así se llamaba la acosadora), creyó que podía ser el comienzo de una relación “seria”, pero Emma no pensaba igual y decidió ignorarla (no quería comprometer su relación con su “novio” Jay, que de todas formas terminó poco después). Al día siguiente del encuentro en el departamento, Emma no contestó ningún llamado suyo. Laura se quedó con bronca y decidió vengarse de alguna forma. Pensó en chantajearla, pero no tenía ninguna prueba de las relaciones lésbicas, así que optó por asustarla. Dijo que no quería que Emma pensase que podía deshacerse de ella fácilmente. Le propuse un trato. Yo no quería quedarme sin el trabajo, no mientras no lograra culiarme a Emma. Le dije que no la denunciaría si ella me hacía ciertos favores. Laura creyó imaginar qué clase de favores le estaba pidiendo, y comenzó a desprenderse la camisa. Le aclaré que no era eso lo que pretendía, sino que siguiera mandando videos y cartas mientras me ayudaba a chantajear a Emma. Aceptó. Lo pensé mejor: “Y la verdad que una mamadita me vendría bastante bien” le dije mientras me desabrochaba el pantalón. La chica comenzó a chupármela deliciosamente. Aproveché el tiempo para detallarle lo que debía hacer. Ella asentía con los ojos. Cuando estaba cerca de llegar al coito tomé su cabeza por detrás y la penetré hasta la garganta. Casi la ahogo con mi leche. Laura se fue con los ojos llorosos, tosiendo y escupiendo. Se lo merecía por zorra. Con la acosadora de mi lado, me dediqué exclusivamente a espiar a Emma. La pendeja maldita cada vez me trataba peor, más aún cuando llegaba una nueva amenaza. Ella me odiaba en parte porque creía que sus padres habían contratado un guardaespaldas no para protegerla, sino para vigilarla. Faltaba muy poco para que cumpliera los 18 años y yo estaba seguro que después de esa fecha sería despedido. Ya lo había escuchado de su boca en varias peleas con su madre. Además creo que también sabía perfectamente quién la estaba amenazando y por qué, pero no podía contarlo. Debía apurarme. El plan se puso en marcha. Laura le mandó un mensaje a Emma por celular que decía: “Voy a contar lo nuestro. Tengo fotos. 100. 000 libras a cambio de silencio”Emma la llamó inmediatamente, sin saber que la conversación estaba siendo grabada desde el teléfono de Laura. -Hola? Laura? Te has vuelto loca?-No te vas a deshacer de mí tan fácilmente, voy a hablar. El lunes posterior a tu cumpleaños quiero que deposites 100. 000 libras en la cuenta R- FD-45032-788 del Citybank, o todo el mundo sabrá que eres lesbiana y puta. -No soy lesbiana, estúpida. Además… no tienes ninguna prueba. Eres una mentirosa. Es tu palabra contra la mía. No se por qué piensas que alguien va a creer tu historia. -Tengo fotos. -Mentira!! Es imposible!!-Bueno, está bien, tu ganas, no tengo ninguna foto, pero lo que sí tengo es la grabación de esta charla. Es suficiente. Adiós Emma. La actriz se puso pálida. Debía ir al estudio a filmar y dijo sentirse descompuesta. Seguramente se estaba regañando a sí misma por haber caído en un truco tan viejo y estúpido. Se encerró en su cuarto nuevamente. Por suerte tomé la precaución de colocar un micrófono allí (casi me descubren al instalarlo, mientras Emma se bañaba). Lo primero que hizo fue llamar a una de sus amigas, Amy Vaver (una morocha de ojos verdes muy bonita). Llorando le contó lo que le había pasado: “-…es una zorra, cómo pude ser tan tonta. Ahora me tiene agarrada del cuello. No se va a conformar con ese dinero, me va a pedir más. Me odia. No se cómo voy a hacer para explicarle a mi papi esa transferencia. ”“-No se que decirte. Si no le pagas puede que tu carrera se ve a afectada, pero ella va a quedar muy mal. ”“-¿Me estás jodiendo? Me van a dar una patada en el culo. Me van a echar. Voy a perderlo todo. Qué me importa cómo quede ella. Tengo miedo. ”“-No se, quizá si le pagas no te vuelva a molestar. No creo que se arriesgue a tanto. Es demasiado dinero. Deberías regatearle un poco. ”“-Puede ser, pero esto no me gusta, estoy jodida, soy la persona mas tonta del mundo. A partir de ahora no confiaré en nadie más. ”Había llegado la hora de darle a Emma la estocada final. No quería contarle todo en seco, así que comencé a demostrar mi lujuria en forma ostensible. Esa noche iba a asistir a un evento de moda y no había terminado de arreglarse. Golpeé la puerta de su cuarto. -íYa voy, ya voy!, gritó desde dentro. Al salir estaba hermosa, aunque demasiado pintarrajeada. Llevaba un vestido corto negro que dejaba su bella espalda descubierta, acompañado de medias también negras y zapatos plateados que hacían juego con su chaqueta y cartera. Mientras la acompañaba al auto le acaricié la cintura y le dije: “tienes un culo hermoso”. Me miró como si le acabara de dar una puñalada. -Imbécil, no voy a tolerar otro comentario como ese. Le voy a avisar a mis padres. -Está bien Emma, no más comentarios sobre tu lindo culito, le dije, y acto seguido le metí la mano debajo de la falda agarrándole una nalga con fuerza. Intentó darme una bofetada, pero la detuve. -¿Qué mierda te pasa? Yo no voy a ir contigo a ninguna parte. Voy a llamar a la policía. Extrajo su celular y comenzó a mercar, pero se lo quité. Me escupió, miró desesperada a su alrededor y se preparó para gritar, pero en ese momento apareció Laura. Se quedó muda. -Entremos al auto, que debemos solucionar algunos negocios, dije cínicamente. Laura se puso a contar sobre el acuerdo al que habíamos llegado. Emma la escuchaba con cara de estar muriéndose. “-Deberías ver el lado positivo del asunto. No vas a tener que desembolsar tanto dinero. Yo solo quiero 5. 000 como indemnización por todo lo que me has hecho pasar. Es lo que vale uno de tus malditos vestidos. Pero ya sabes, deberás hacerle algunos favorcillos a mi amigo aquí presente” (le guiñé un ojo con una sonriendo repugnantemente). -Eres la peor basura que existe sobre la tierra, una rata, pedazo de mierda, no te vas a salir con la tuya. -Si lo voy a hacer, y tú harás lo que yo diga. Tendremos sexo la noche misma de tu cumpleaños, es decir, pasado mañana. Quiero que tomes una pastilla anticonceptiva, porque no voy a usar condón. Ha, y más vale que vengas bien vestidita, y con ropa interior transparente, me fascina. Al día siguiente yo renunciaré, olvidaremos todo, y seremos felices ¿No?Emma bajó del auto hecha una furia, pero a penas se encontró con los flashes desplegó una enorme sonrisa y siguió como si nada. Yo la acompañé durante el festejo. Se puso a beber champagne, varias copas. Al volver estaba destruida. Detuve el auto y la besé furiosamente en los labios, hedía a alcohol. Ella se dejó llevar, ya estaba entregada. Antes de despedirla le dije al oído que la noche del cumpleaños la quería sobria. Finalmente llegó el momento tan esperado. Estaba hermosísima, nuevamente de negro. Lamentablemente no pude impedir que unos paparazzis la fotografiaran al bajar del auto. La estúpida no cerró las piernas y los tipos son verdaderamente expertos en el arte de fotografiar por debajo de las faldas. Para colmo llevaba la bombachita transparente que le había pedido. Las fotos de su concha peluda se difundieron rápidamente por Internet. La mayoría de los artículos comenzaban con el juego de palabras boludo de “Hairy Potter”. De todas formas el pequeño escándalo me hizo sentir orgulloso, porque todos los imbéciles debían contentarse con mirar, en cambio yo fui el que le rellenó el agujero. Al terminar la fiesta fuimos a la casa de Amy (la había ofrecido de mala gana al enterarse del oscuro pacto que su amiga debía cumplir). Esa noche la casa iba a estar vacía, exceptuando a la propia Amy, que acompañaría a Emma en su desgracia. A penas llegamos la acaricié rudamente y le comí la boca. Ella no quería mostrar ningún signo de excitación, sentía que la estaba violando, y en parte era así, pero bueh…Me desnudé rápidamente, tenía la pija parada a full. Me senté en la cama y le exigí que me la lamiera. Comenzó a hacerlo tímidamente, con cara de asco. Le acaricié sus rubios cabellos, brillantes, suaves. -Chúpamela bien, puta, vamos, no te hagas la inocente, que lo has hecho muchas veces. Siguió sin entusiasmo hasta que le di un sopapo y reaccionó. El resto de la mamada fue excelente. Su lengüita recorría mi verga con deleite, la introducía en su boca, succionaba, salía, entraba y volvía a salir toda cubierta de baba, formando hilos que unían el tronco de mi pija con sus delicados labios. De todas formas yo no tengo mucha paciencia para estas cosas, así que la agarré de la cabeza y le di como un taladro, hasta el nacimiento de la lengua. Terminé ahí nomás. Un verdader río de leche inundó su boca y quiso escupir, pero le advertí levantándole la cabeza desde el mentón: Trágatela toda. Lo hizo, y después vomitó sobre la cama. -Eres una cochina, mira lo que has hecho, PAF! Otro sopapo en la mejilla. Le quedó colorada, y se puso a llorar. Tardé poco en excitarme de nuevo. Todavía ella estaba completamente vestida, no se había sacado ni la chaqueta. Me esperaba de pié al lado de la cama, con una sonrisa extraña, casi enfermiza. Pensé que se había vuelto loca, pero era algo peor. Me acerqué y ZAZ, me largó una puñalada al estómago. No se de dónde mierda había sacado el cuchillo, (uno grande, de cocina). Por suerte alcancé a contraer la panza, y solo me provocó una herida superficial. Intentó achurarme de nuevo, pero le quité el cuchillo con facilidad y lo usé para destrozarle el vestido. En pocos segundos quedó en bombacha y corpiño, con algunos cortecitos a la altura del ombligo y en las piernas. -Ahora vas a ver, puta traicionera!La tomé del cuello y le arranqué el corpiño. Sumergí mi nariz entre sus tetas, pequeñas pero bien formadas, con pezones oscuros. A pesar de que parecía estar sufriendo como loca, los tenía duros, al igual que el clítoris, que apreté fuerte con las yemas de mis dedos. Chilló como un cerdo. Seguí disfrutando de sus tetas, que desprendían un olor especial, muy excitante. Por fin parecía que ella la estaba pasando bien. Se le escapó un leve gemido de placer cuando le metí la lengua en la concha, bien olorosa y bastante peludita. El fluido vaginal comenzó a aparecer en forma muy abundante y la penetré. Fue algo extremadamente placentero, su carita rebosaba de gozo, ya no reprimía los gemidos. Incluso comenzó a dar unos grititos agudos que me pusieron la piel de gallina. En eso escuché pasos detrás. Me di vuelta y era Amy, completamente desnuda. Parece que se había mandado unas cuantas líneas de cocaína y se había excitado. Emma la miró extrañada, pero siguió disfrutando. Sentí los duros pezones de la hermosa amiguita de Emma en mi espalda, y me acarició con sus suaves y finas manos. Seguí dándole, cada vez más duro. Los gemidos de Emma crecían en intensidad, estaba agitadísima, transpiraba. Cuando llegamos al climax me salió un aluvión de esperma que rebalsó su vagina y me alcanzó también para salpicar a Amy al darme vuelta. Un chorro blancuzco cayó sobre su ombligo. La hermosa morocha untó sus manos en el viscoso licor y se las llevó a la boca. La hermosura de las hembras que tenía rendidas a mis pies hizo que la excitación me volviera muy rápido. Amy desprendía sexo por todos sus poros y se tumbó sobre el lecho con las piernas bien abiertas. Me lancé sobre ella como una fiera y la cama empezó a chirriar tanto que parecía a punto de destartalarse. Mis manos sujetaban las nalgas de Amy al tiempo que mi verga se deshacía de placer dentro de su apretada conchita. Después me puse boca arriba y montó con unos movimientos dignos de una contorsionista electrocutada. Se calmó un poco cuando uno de mis dedos se introdujo en su ano, y luego de un delicioso “AHHH!” se mojó tanto que algunas gotas llegaron hasta el suelo. A todo esto Emma volvió a la carga aplastando mi boca son su concha y me puse a lamérsela con desesperación. Los tres terminamos casi al mismo tiempo en medio de un coro de gritos y aullidos, y una nueva profusión de fluidos. Emma casi me ahoga. Estábamos exhaustos. Nos tomamos un tiempo para descansar. Amy trajo varias líneas de coca preparadas sobre un espejo, y una botella de vodka. Los tres nos pusimos al palo. Aparentemente Emma no tenía mucha experiencia con la cocaína, todavía no estaba a la altura de una Lindsay Lohan o una Brithney Spears (tampoco con respecto a la fama y el dinero). Una sola línea bastó para quedar durísima, y al minuto volvió a la cama de nuevo, completamente sacada. -Vamos chicos, (dijo en un tono enfermizo), que esta noche quiero perder mi virginidad anal. Amy la miró sorprendida. -. ¿Pero no me habías dicho que con Tom?. . . -Mentí, nunca lo he querido hacer, porque me parece que me va a doler. Pero esta noche es especial, ya no tengo nada que perder. Esas palabras funcionaron como un trampolín para mi líbido. No podía perderme algo tan hermoso como el desvirgar ese culo. -Vamos! Dijo Emma al tiempo que se ponía en cuatro apuntando el culo hacia mí. Nuevamente hecho una fiera, me le acerqué por detrás le di un beso húmedo entre sus nalgas, las separé suavemente con mis dedos y escupí varias veces para lubricarlo bien. La verdad que lo tenía muy estrecho, y al principio me costó. Lo intenté una primera vez, pero me dijo que parara, que le estaba doliendo mucho. A la segunda, con más lubricación logré meter el glande, pero gritó de nuevo. Entonces le di un beso en la boca, acaricié todo su cuerpo, y le dije: te va a doler pero debes hacerlo, y la penetré bruscamente. Dio un grito fuertísimo, súper agudo, pero yo seguí hasta meterla entera y le di bien fuerte. Chilló, lagrimeó, me insultó, pero al poco tiempo le tomó el gusto a la cuestión, y terminó pidiéndome que le diera más fuerte, y más. Mi excitación fue extrema, era como estar en el paraíso. Desflorar a Emma fue uno de los placeres más grandes de mi vida, incluso me gustó mucho el hecho de que la hice sangrar un poco, pero terminó agradeciéndome envuelta en lágrimas, vaya a saber uno porqué. Amy a todo esto se había quedado dormida, pero la desperté y me la culié también. En fin, fue una hermosa noche. Yo renuncié al otro día y es probable que nunca más vuelva a ver a Emma, pero es seguro que no la voy a olvidar, y pos supuesto, ella tampoco me va a olvidar. Aunque sólo sea por la manera en que la hice sufrir, y por cómo le dejé el culo. Mi conclusión es que la chica es un poco masoquista, y la conclusión que habrán sacado los pocos que hayan leído este largo y aburrido relato es que su autor es un sádico pervertido de mierda, que tiene fijación con las adolescentes. Y no estarán equivocados. La historia que les voy a relatar nunca se la he contado a nadie. No es una historia de las que se vayan contando normalmente a la gente. Me llamo Sonia, soy una chica de Madrid, tengo 18 años aunque lo que les voy a contar sucedió cuando yo solo tenía 16, soy rubia teñida de pelo largo y liso, mido 1, 67 y peso 50 kilos, mis medidas son 100-60-90, por lo que estoy bastante buena, delgadita y con unas buenas tetas. Tengo cuatro piercing: uno en la lengua, otro en mi pezon derecho, otro en mi ombligo y el último es un arito en mi clitoris. También tengo dos tatuajes: uno es una especie de alambrada de espino en mi brazo izquierdo (muy parecido al que lleva Pamela Anderson) y el otro es un tribal en la parte baja de mi espalda. Llevo la rajita totalmente depilada. En cuanto veo que me estan creciendo los primeros pelitos me paso la maquinilla y lo dejo limpio. Me encanta llevarlo asi y poder sentir lo suave que queda. Me gusta ponerme minifaldas (con o sin medias de red), pantalones blancos y ajustados de los que transparentan, tops cortitos enseñando los tirantes del sujetador. . . Me encanta comprarme ropa interior pequeña y transparente, de manera que muchas veces se me transparentan los pezones (con mi piercing) a traves de mis camisetas o bien se me puede ver el tanga asomando por encima del pantalon. En fin, que soy un poco guarrilla a la hora de vestir, pero ya que puedo presumir de cuerpo, ¿no?. Me sucedió un dia de verano, mientras volvia de noche a mi casa. Habia salido a tomarme unas copas con mis amigas, se nos hizo un poco tarde y regresaba a toda prisa por mi calle, cuando a escasas dos manzanas de mi piso, alguien salio de detrás de un coche y me empujó hacia un callejón. Sin poder reaccionar me colocó un esparadrapo ancho en la boca para que no gritara y me ato las manos con una cuerda. Tirando de mi por la cuerda que ataba mis muñecas, me introdujo en un portal del callejón y me subió a un piso en la primera planta. Una vez que llegamos a una habitación vacia me arrojo al suelo. Yo trate de levantarme y salir de allí corriendo pero el hombre, que iba vestido con gabardina y pasamontaña negros me agarro y zarandeo para que lo escuchara: -Escucha bien lo que voy a decirte pequeña zorra. Si quieres salir viva de aquí, tendras que hacer todo lo que yo te ordene. Obedeceme y mañana por la mañana podrás irte a tu casa, no me obedezcas y. . . ¿te a quedado claro?Yo estaba aterrorizada y movi la cabeza afirmativamente, pensando en mi casa y en mi familia, que se encontraban a solo dos manzanas de allí. El hombre era de constitución fuerte, por lo que más valía hacerle caso. -Esta noche unos amigos y yo vamos a disfrutar de tu cuerpo. Intenta portarte bien y todo pasara rápido. Si nos pones las cosas difíciles, te haremos mucho daño y puede que no salgas de aquí ¿entendido?. Volví a responder afirmativamente, mientras iba tomando consciencia de mi situación y las lagrimas no dejaban de correrme por las mejillas. ¿Qué se proponía este hombre?¿De que amigos hablaba? El hombre se incorporo y salió de la habitación, dejandome tirada en el frio suelo. Casi al instante volvió a aparecer con una camara de vídeo y un trípode, que coloco en una esquina de la habitación. Despues de ponerla a grabar se acerco a mi, me arrancó el top y la minifalda blancos que llevaba y me dejo en ropa interior. En ese momento aparecieron por la puerta tres hombres negros totalmente desnudos y con sus pollas tiesas. íMadre mía, vaya pollones que tenían! Todas debían de medir entre 30 y 40 cm de largo y eran muy gruesas. En ese momento me quería morir, íesos cabrones me iban a destrozar!. El secuestrador se dirigió a mi: "Ahora, pequeña puta, vas a dejarte hacer lo que ellos quieran". El primero de los negros se aproximó, yo intente levantarme del suelo pero con las manos atadas me resultaba muy difícil. Me agarro por los tobillos y me separo brutalmente las piernas, abriendomelas hasta no poder más. Otro de los negros se aproximó tambien y mientras el primero me mantanía abiertas las piernas, me arranco el tanga y el sujetador. Entonces, sin más demora, el negro que tenía entre mis piernas coloco su pollón en la entrada de mi vagina y sin usar ningún tipo de lubricante me empezo a meter su gran capullo. Yo notaba como me iba llenando poco a poco pero al gritar solo se me escuchaba un gemido por culpa del esparadrapo que llevaba en la boca. Al poco, yo me notaba ya con la vagina llena y al mirar hacia abajo para ver si ya me había metido toda su polla. . . ímadre mía, si solo me había metido la mitad! En ese momento, de un bestial golpe de cadera me la insertó hasta el fondo. Yo creo que nunca he sentido tanto dolor como en ese momento, pensé que me había desplazado los ovarios hacía arriba de la brutal embestida. Entonces la volvió a sacar por completo y la metió con fuerza hasta el fondo. Estos movimientos los estuvo repitiendo como unos cinco minutos mientras yo no paraba de pensar que en uno de esos golpes me iba a partir por la mitad. Entonces el negro que estaba a mi lado y que me había quitado la ropa interior me quitó el esparadrapo de la boca, pero justo cuando me disponía a gritar me abrió la boca con una mano y con la otra guío su polla a mi interior y me introdujo todo el capullo impidiendome gritar. Entonces empezó a meter poco a poco parte de su tremendo pollón y no me había metido ni un cuarto todavía cuando su polla rozó mi campanilla. Entonces la retiró un poco, pudiendo coger yo un poco de aire, pero enseguida volvió a introducirmela un poco más, hasta el principio de mi garganta. Me dio una arcada y el negro volvió a sacarmela ligeramente para repetir la operación metiendome cada vez un poco más. Con cada introducción me daba una tremenda arcada al notar su polla rozandome la garganta hasta que, pasados unos minutos me acostumbre, y su polla empezo a bajarme por la garganta cada vez más. El muy cabrón la dejaba metida durante unos segundos impidiendome respirar con normalidad, mientras el otro negro seguía violandome con dureza dilatando mi coño hasta límites insospechados. Cuando yo creía que nada podía empeorar el negro que me estaba follando el coño me levanto las piernas y el cuerpo hacía el techo, de modo que quede solo apoyada en el suelo con la cabeza y la nuca, mientras el resto del cuerpo se me quedaba en posición vertical. En esta incomodísima postura el cabrón siguó follandome, mientras se acercaba el tercer negro. El primer negro se movió un poco hacía delante para dejar al aire el agujero de mi culo a completa disposición del tercer negro. Coloco su megapollón en la entrada de mi esfínter y se dispuso a metermela por mi ano. Yo intentaba gritar pero el pollón que tenía introducido en mi garganta no me dejaba. Lloraba como una niña pequeña pero no me servía de nada. El tercer negro me empezo a introducir su polla por mi estrecho orificio anal, abriendomelo poco a poco, pero al tener la vagina ya repleta de polla resultaba mucho más dificil introducir nada por mi culo. Aún asi, el pollón se fue introduciendo suavemente hasta que los huevos hicieron tope y la dejo ahí metida. El culo me ardía, no sabía como era posible que aquello me hubiera entrado del todo. Nadie puede imaginar lo que yo sentía en ese momento. Tenía un pollón gigante follandome violentamente mi coño, otro enorme metido hasta el fondo en mi culo, y uno más violandome brutalmente mi garganta, sin contar en la posturita que tenía, casi haciendo el pino. Aquello era más de lo que nadie podía soportar. Así estuvieron durante más de media hora y además los muy cerdos iban cambiandose de agujeros, con lo que la polla que había estado en mi boca pasaba a follarme el coño, la que me jodía la raja pasaba a mi culo, y la que violaba mi ano pasaba a follarme la boca, con mis consiguientes arcadas y asco que me producía que una polla que había estado metida en mi culo pasara a mi boca. Cuando me iba a desmayar, los negros empezaron a terminar, cada uno en su agujero. El primero que eyaculó fue el que me follaba la boca. Como la tenía tan adentro de mi garganta, creo que su primer chorro me llegó directamente al estómago. Mientras la sacaba lanzó un segundo chorro en mi garganta que fue bajando nuevamente hacia mi estómago, un tercer chorro inundo mi boca dandome de lleno en mi campanilla y produciendome una nueva arcada, el cuarto chorro me cruzo toda la cara desde la barbilla hasta el pelo, el quinto y el sexto fueron a parar a mi ojo derecho y a mi mejilla inquierda. Los siguientes chorros ya fueron muy débiles pero sirvieron para acabar de mancharme toda la cara. El semen me resbalaba por el pelo, las orejas, la barbilla. . . El segundo en acabar fue el que me violaba por el coño. Con su pollón bien adentro empezo a disparar chorros de semen caliente que empezaron a llenarme todas mis entrañas, el útero, las trompas, la vagina, no quedó ni un solo centímetro de mi interior que no fuera bañado por el abundante esperma. Por último eyaculó dentro de mi culo el tercer negro. Era como si hubieran metido una manguera dentro de mi ano y la hubieran abierto, aquello no parecía tener fín. Chorros y chorros de semen corrían por mis intestinos, parecía que iba a reventar por algún sitio. Los tres negros salieron de la habitación y me dejaron allí tirada en el suelo, sin fuerzas para moverme ni para gritar, chorreando semen por todos mis agujeros. Rios de esperma salían de mi coño, mi culo y mi boca. Yo creía que por fín todo había acabado, cuando el hombre que me secuestro y que había estado grabando toda la escena, salió de la habitación y al poco regreso con dos perros gigantescos, dos pastores alemanes que enseguida soltó y ambos se acercaron a olerme. Con las pocas fuerzas que me quedaban conseguí arrastrarme hasta un rincón pero no podía hacer nada más. Horrorizada contemple como el hombre se me acercaba y me volvía a poner el esparadrapo en mi boca cubierta de semen para que no gritara y se aseguro de que las ataduras siguieran en orden. Basto con unos minutos oliendome para que los perros comenzaran a desenfundar sus pollas rojas. Eran dos pollas enormes de unos 20-25 cm, gruesas y con una gran bola monstruosa en su base. Siempre me había dado mucho asco todo lo relacionado con la zoofília. . . íy ahora estas dos bestias me iban a violar! Yo estaba arrinconada en una esquina y no tenía escapatoria. El primer perro se me subió encima y con su gran peso me aplastaba contra el suelo y me inmovilizaba totalmente. Intento montarme en la posición del misionero sin mucho éxito, su polla golpeaba en los alrededores de mi coño sin precisión, pero el semen que tenía por todas partes sirvió para que en una de sus embestidas su polla resbalara dentro de mi vagina. Entonces empezó a follarme como un loco. íVaya pedazo de bestia! ¿Qué se había creido, que yo era una de sus putas perras? El perro me la metía y me la sacaba a toda velocidad y con mucha violencia, metiendo en cada embestida un poquito más de su verga. Ayudado por el semen que aún quedaba dentro de mi coño su polla roja entraba cada vez más hasta que en una gran embestida logró meterme su enorme bola. íJoder que dolor, me parte, me parte!-llore para mis adentros, con mi vagina dada de si al máximo. íVaya pedazo de polla canina que tenía incrustada hasta mis ovarios! Entonces sin previo aviso el perro se quedo quieto y yo pude notar como empezó a correrse dentro de mi. Litros de lefa canina inundaron mi interior, pero como la bola de la base de su polla se me había introducido, hacia perfecto tapón, de manera que tenía mi coño sellado. íLitros de esperma perruno inundandome y sin poder darle una salida! La tripa se me empezó a hinchar debido a la cantidad de líquido que me estaba introduciendo el puto perro y yo sin poder hacer nada. Cuando el perro hubo terminado de descargar, paso la pata por encima de mi y se quedo enganchado por su polla dandome la espalda. íQue situación tan degradante, yo abotonada con un enorme perro y el cabrón del secuestrador grabándolo todo! Cuando el perro se pudo soltar, sono un plof al salir su enorme verga y un chorro de lefa salío disparado de mi coño. Poco a poco mi vagina fue volviendo a su posición habitual mientras seguía expulsando parte de la corrida del perro. Sin poder reponerme de la gran follada del primer pastor alemán, el segundo ocupo su lugar y con mucha mejor puntería que su compañero y gracías a lo mojado de mi zona, de una sola embestida me la endiño. . . ípero por mi ano!íjoder, puto perro cabrón, pues no me estaba dando por el culo! Yo me sentía como una puta cerda, me habían violado tres pollones negros por todos mis agujeros dejandome bañada en semen, y luego me había fornicado un gran chucho corriendose dentro de mi. Ahora me estaba reventando el culo una polla grande y roja de un puto perro asqueroso, así que me sentía realmente como una perra, una puta barata, una zorra de 17 años que había sido violada, humillada, degradada. . . Estaba yo en estos pensamientos, cuando un gran dolor en mi ano me hizo volver a la cruda realidad. Parecía como si me desgarraran mi conducto anal y es que el bulbo del perro había desaparecido dentro de mi culo, dejandome lo más abierto que podía llegar a estar sin romperse por algún lado. En ese momento el pastor alemán comenzó a soltar su lefa en el interior de mi culo. Yo notaba como se iban deslizando sus chorros dentro de mi, llenando mis intestinos como si me hubieran aplicado un enema, pero en vez de con agua con leche de perro. Cuando terminó, pasó la pata por encima y se quedó abotonado, como su compañero, pero este no se limitó a esperar para poder sacar su rabo de mi culo, sino que empezo a tirar para soltarse. El muy cabrón me estaba destrozando mi ano, quería sacar una cosa que no podía salir y me estaba causando un dolor y un ardor inimaginable. Yo lloraba y lloraba, pero no podía hacer nada. Al cabo de unos minutos, que a mi me parecieron horas, el perro pudo sacar su polla de mi agujero y abandonó la habitación siguiendo los pasos de su compañero. El semen del perro me había entrado tan adentro que casi no expulse nada, ya que lo mantenía retenido en mis entrañas. El hombre del pasamontañas se acercó a mi, me desató y me quitó el esparadrapo (que me dolío debido al semen que ya se me había secado), y me dijo que me había portado muy bien, que no dijera nada de lo sucedido o el video llegaría a mi familia y a mi instituto. Yo casí no me podía mover, pero como pude me puse el top y la minifalda (el sujetador y el tanga estaban destrozados) y salí de allí casí arrastrandome. Ya había amanecido cuando pisé la calle, así que intenté recorrer las dos manzanas que me separaban de mi casa tapandome lo más posible para que la gente no reparara demasiado en mi lamentable estado, ya que estaba toda despeinada, con el cuerpo cubierto de semen reseco y chorreando la lefa del perro por mi culo, que ahora ya empezaba a expulsarlo y me bajaba por mis muslos sin parar. Creo que eso fue todo lo que me sucedió aquella noche de verano que nunca podré olvidar. Me despido de vosotros con un gran saludo y esperando que nunca llegueis a pasar por un rato tan desagradable como el que pase yo. Este relato lo agrego para que a ninguna chava le pase lo mismo que me sucedió a mi. Esto sucedió un día cuando tenía 16 años. Mis papás estaban pasando por una crisis económica que no les permitía darme mucho dinero, así que decidí buscar un empleo para poder comprar las cosas que me gustaban en ese entonces y para poder salir con mis amigasEse día iba hacia la escuela, como todas las mañanas, y al llegar me di cuenta que se ma había olvidado mi libro de Prácticas de Física, así que fui a un teléfono público (en ese tiempo no eran tan populares los celulares) para llamarle a mi mamá y que me lo trajera a la Prepa. Después de hablar con ella, me fijé en un letrero que decía: Se solicitan estudiantes para trabajar medio tiempo contestando teléfonos, 1500 pesos semanales. En ese momento me emocioné y creí que ya había encontrado la solución a mis problemas. Llamé inmediatamente y me dijeron que tenía que presentarme esa misma tarde a las 2: 00 para una junta informativa. Yo traté de que me citaran otro día o a otra hora porque iba vestida con el uniforme de la escuela (sweater guinda, falda tableada de cuadros, blusa blanca y calcetas blancas) y no me daba tiempo de ir a mi casa a cambiarme, pero me dijeron que no había problema, que podía ir así. Llegué puntualmente y me sorprendió ver que las oficinas casi no tenían muebles y que me hicieron tomar una ficha, pero no sospeché nada porque nunca había trabajado. Nos hicieron pasar por grupos de tres a una entrevista muy corta y después nos dijeron que teníamos que tomar el curso introductorio en ese mismo momento. En el curso, nos empezaron a hablar sobre motivación y como necesitábamos hacer algo por ayudar en nuestras casas, por lo que me empecé a deprimir un poco por lo poco que hacía por mi familia. Al terminar, nos hicieron un examen para ver si éramos aptos para trabajar ahí y nos pidieron que regresáramos al siguiente día. Cuando ya iba de salida, dos de los “ejecutivos”, me detuvieron y me dijeron que querían hablar conmigo. Yo no sospeché nada y acepté. Entré con ellos en un cubículo y empezaron a decirme que habían visto mi examen y habían quedado sorprendidos porque era el más alto que habían visto en todo el tiempo que llevaban operando esa empresa. Me puse muy contenta. Me dijeron que querían hacerme otra evaluación en ese momento para que no tuviera que esperar como los demás, a lo que acepté gustosa. La única condición era que tenía que esperar una hora en lo que se desocupaban (ya eran como las 5: 30). Estuve esperando hasta que vi que todos comenzaban a irse. En ese momento me pidieron que pasara a una oficina con ellos. Empezaron a entrevistarme, pero eran preguntas más bien personales: como era mi familia, como me llevaba con ellos, etc. En cierto momento me preguntaron si tenía novio, yo les dije que no, que no me dejaban en mi casa. Ellos me dijeron que no me creían, que era muy guapa para no tener novio. Entonces me preguntaron si estaba embarazada, yo les dije que no, que era virgen y entonces me respondieron algo que no esperaba: me dijeron que tenían que comprobarlo con una pequeña exploración. Yo les dije que no, entonces me amenazaron con no contratarme. Me dijeron que solo era para ver que no los engañaba, porque muchas veces les decían que no estaban embarazadas sólo para que las contrataran y no resultaba cierto. En ese momento me puse a pensar en cuanto me hacía falta el dinero y temblando les dije que si podían examinarme. Me pidieron que me acostara en el escritorio que había y que abriera las piernas. Entonces uno de ellos se puso frente a mi y metió su mano por debajo de mi falda y me quito las bragas. El otro se colocó del lado de mi cabeza y me dijo que me tranquilizara. El que me estaba examinando entonces se inclinó hacia mi entrepierna y pude sentir como me tocaba. Yo sentía que me moría de vergüenza. Entonces sentí como empezaba a tratar de introducir su dedo a través de mi vagina, sentí un poco de dolor y se lo dije. Entonces el que estaba por detrás de mi, tomo mis brazos y los sostuvo por arriba de mi cabeza y me dijo que solo era para que no fuera a molestar al otro en su revisión. Seguí sintiendo dolor y me moví, en ese momento, el que estaba en mi entrepierna se levantó y fue hacia la ventana de la oficina, se asomó, viendo que ya no había nadie y le dijo al otro: Ya es tiempo. En ese momento sujetó mis brazos con más fuerza, y vi como el que había ido a la ventana regresaba con su miembro de fuera. Me asuste e intenté gritar, pero el que me detenía me dio una cachetada y me dijo: Si no haces lo que queramos, te va a ir muy mal. Me dio miedo y me quedé callada. El otro se me acercó y de un solo movimiento introdujo su miembro en mi. Grité por el dolor. Entonces le dijo a su compañero: Mira era realmente virgen. Empezó a moverse, me dolía mucho y yo lloraba. En eso, el otro sacó su miembro y me lo introdujo en la boca. Yo sólo pensaba en cuanto me dolía y me humillaba toda esa situación. Entonces sentí que el miembro en mi vagina palpitaba y arrojaba algo caliente dentro de mi. Entonces me dieron la vuelta, el que estaba en mi boca se puso detrás de mi y el que me había desvirgado me detenía inclinada sobre el escritorio. Entonces me dijeron: Ahora si putita, vas a sentir lo que es tener un hombre dentro. Sentí que me escupían en el ano e inmediatamente después sentí un miembro tratando de entrar en el. Sólo sentí dolor. El que me violaba comenzó a moverse rápidamente mientras yo gritaba, No tardo mucho, aproximadamente 5 minutos. Entonces terminó. Me dieron la vuelta y me pusieron de rodillas y me dijeron: Todavía no te puedes ir, te falta el examen oral. Se rieron y el primero que me había violado introdujo su miembro en mi boca y empezó a moverse rápidamente, como si mi boca fuera una vagina. Me tomaba por el cabello y agitaba mi cabeza a su antojo. Término rápido y el segundo tomó su lugar haciendo lo mismo. Cuando terminó me dijeron vístete y vete de aquí. Llegué a mi casa y le conté a mis papás. Fuimos al siguiente día a poner la denuncia y llegamos al lugar con un par de patrullas. La empresa ya no se encontraba allí. Habían desaparecido. 100% realHola amigos, Somos de santiago de Chile, ella 27 yo 30, salimos poco a fiestas y no estamos acostumbrado a beber alcohol, somos una pareja tranquila, y cuando mi esposa sale de casa siempre los hombres se dan vuelta a mirarla, tiene todo bien puesto. Ella estaba agotada ya que había trabajado mucho los últimos dos días levantándose muy temprano, pero como estábamos pagados ( recibir sueldo) decidimos ir a la discoteca. además hacer el viaje en taxi, así yo podría beber y no tener que conducir el automóvil. Llegamos como a las 12: 00 bailamos y bebimos alcohol, pero ella mucho mas que yo, como a las tres de la mañana aprox. Decidí que ya era hora que nos fuéramos ya que mi esposa estaba muy ebria y tenia problemas para mantenerse en pie, al punto que ya estaba asiendo el ridículo. Al salir de la discoteca la tomé bien firme de la cintura ya que tenia problemas para mantenerse en pie la subí a un taxi y nos fuimos de regreso a casa, la coincidencia que el taxista era conocido, un joven como de 26 años que por asuntos de mi trabajo había conversado un par de veces en otras circunstancias con el. Al pasar como cinco minutos en el taxi mi mujer se quedo completamente dormida y al verla tan expuesta me empezó la fantasía que me rondaba constantemente en la cabeza, fue tanta la calentura que se me comenzaba a endurecer el pene, y empezaron mis malas intenciones, la empecé a mover para despertarla y ver el grado de sueño que tenia, la movía violentamente, la peñisque y no pasaba nada, no reaccionaba, abrí sus ojos para ver sus reflejos acercando violentamente la mano, ella estaba completamente dormida y yo cada vez mas caliente. El taxista me miraba y pregunto si era mi esposa, le conteste que solo era mi novia y que vivía con ella como 4 meses, ( no se por que respondí eso ya que llevábamos 8 años juntos, talvez medio un poco de vergúenza ya que el taxista miraba cómo yo sicopateaba a mi mujer y talvez de mis malas intenciones) el me dijo, menos mal que anda con usted porque si anduviera sola quizás que le podría ocurrir. Eso gatillo aun más mi calentura y como yo también estaba levemente embriagado, le respondí que esa era una de mis fantasías, ver como mi mujer era violada por otros. Al taxista le encanto la idea tanto que me dijo, entonces me desvió por aquí y paramos en un lugar oscuro y yo analizaba la situación rápidamente en mi cabeza, sabia que el joven era educado, agradable y se veía muy limpio, ( higiénicamente) algo muy importante a la hora del sexo además de no tener problemas después de que pasara todo esto ( que el tipo anduviera molestando) le dije que primero buscáramos una farmacia y compráramos preservativos y empecé a subir su mini falda y correr su calzón para tocar su zorra con mucho cuidado. Yo estaba que reventaba de caliente, le di un sermón al muchacho respecto a que yo era el dueño de la situación, para que no se pasara de listo, y después de eso le conté mis verdaderas fantasías. Al llegar a casa entramos el vehículo al patio ( ufffff que día, solo recordarlo me calienta) la tomamos entre los dos la llevamos a la cama, el taxista se notaba muy caliente quería solo pescársela, le dije que estuviera atento en caso de que ella despertara el debía salir de la pieza inmediatamente para que ella no se diera cuenta. Nuevamente hice el Tes. para ver si estaba bien dormida, mientras el taxista observaba desde los pies de la cama, pero ahora para estar 100% seguro fui más riguroso, le grite, unas bofetadas y agua helada en la cara busque el cinturón que da impulsos eléctricos, de esos que venden para mejorar la musculatura, lo puse en sus piernas y brazos, saque su minifalda y el calzón abrí sus piernas y lo puse a máxima potencia sobre su vajina y me quede observando como se movía todo el abdomen, si no la despertaba eso ya nada lo haría y al ataque tome mi cámara fotográfica y cambie las ampolletas por unas de 200 W. Para no perderme de nada. El se desvistió fuera de la casa. La terminamos de desnudar, yo además tomaba fotos se veía estupenda completamente desnuda y expuesta de esa forma, yo siempre fantaseado que iba a ser violada y torturada por barios hombres, luego abrimos sus piernas lo mas que pudimos, mostrando toda su zorra, nos chupamos los dedos con bastante saliva y empezamos a meter los dedos en su zorra 2, 3 hasta cuatro, ambos lo hicimos, experimentábamos, metíamos dos dedos el y dos yo, le abríamos la zorra al máximo, el taxista estaba vuelto loco se la chupaba y me tia los dedos, le dije al taxista que no la penetra aun, que primero nos entretendríamos y que cuando lo hiciera usara preservativos. Yo fui a buscar una botella de mini coca-cola y un pepino, el mas grueso, después llegué sin meter ruido para ver que le estaba asiendo, el le agarraba las tetas fuertemente y metía sus cuatro dedos en la zorra de mi mujer, los metía y sacaba en forma violenta, luego metió sus dedos índices y medios de cada mano y le empezó a abrir la zorra al máximo, entre yo a la pieza, saque de un cajón una crema lubricante que tenia ( feels) ella estaba boca arriba le pusimos barios cojines en la espalda a la altura del cóccix y quedo levantada con su zorra abierta y le metí el tubo de lubricanteLo empecé a echar como la mitad de envase luego él hecho un poco en el ano y empezó a meter sus dedos solo entraron dos, yo metí la botella de mini coca-cola, ( la botella en la parte baja tiene como una cintura entraba hasta esa parte) siempre tomaba fotos con los envases puestos en su zorra, después el pepino lo metía y sacaba rápidamente y frecuentemente hacia la prueba en su ojos para cerciorarme que estaba completamente dormida, le apretábamos las tetas fuerte y se las chupábamos, y se me ocurrió otra idea la de amárrala, fui a buscar una cuerda y nuevamente subí sin meter ruido para ver que hacia el taxista, le estaba dando de beber pisco puro, lo hacia muy lentamente como en cinco minutos logro darle como un vaso completo yo lo observaba, no quería que el tipo abusara del alcohol ya que podría ser peligroso para ella, pero igual me gustaba la idea de que estuviéramos mas tranquilos abusando de ella, lo seguí observando el tipo pasaba su pene con el preservativo puesto por todo su cuerpo, la cara y se lo metía con suavidad en la boca luego agarro el tubo de lubricante y se empezó a echar en la mano derecha observé qué le quería meter la mano en la zorra lo hizo cuidadosamente, logre ver que le metió los cinco dedos hasta la altura de las coyunturasDejo puesto sus dedos en la vajina como cinco minutos al mismo tiempo le agarraba las tetas le metía dos dedos en el ano y le tiraba los lavios internos de la vajina hacía afuera, hice un poco de ruido como subiendo la escalera, el tipo recién ahí saco la mano de su vajina e hizo como que solo tenia tres dedos, ( talvez pensó que me iba a molestar que lo hiciera de esa forma tan brusca pero yo estaba al otro lado de la puerta gozando, viendo como mi mujer era abusada por otro) y al mirar su zorra observé que la tenia completamente abierta, estaban como sueltos sus labios, tome una toallas y se las puse a la altura de los tobillos( para no causarle daño al amarrar sus tobillos) luego le atamos con las piernas abiertas en los soportes de las cortinas que quedaban a un costado de la cama, quedando solamente su pecho y cabeza apoyado sobre la cama, le echamos el resto de lubricante que quedaba y le metía lo que pillaba en la zorra y tomaba fotos, envases de cremas, tubos de desodorantes, perfumes, mi celularTome una botella de coca-cola las de dos litros y se la metí ( para los que las conocen entro hasta donde esta el numero 2 y la palabra litros) eso me calentaba mucho el ver la zorra de mui mujer completamente abierta. La pusimos de todas las formas y le trajinamos todo el cuerpo, me encantaba observar como el pene del taxista entraba y salía de la zorra de mi mujer al igual que dedos ajenos trajinaran todo su cuerpo. La tomamos y la monte encima de el taxista, dándole la espalda a el, est

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